Por Eliseo Apablaza
1. PORQUE FUIMOS LLAMADOS A SER SANTOS… COMO ÉL
1ª de Pedro 1:15-16: "...sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".
¿Qué tiene que ver esto de la santidad con el sufrimiento de los cristianos? El Señor dice: "Yo soy santo". Nosotros sabemos que Dios es santo; nosotros cantamos una canción que dice: "Santo, santo, santo". Los ángeles también cantan esa canción. En los cielos hay alabanzas por la santidad de Dios.
Pero también dice: "...como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir".
2. PARA SER PARTÍCIPES DE SU SANTIDAD
Hebreos 12:10: "Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad".
Ahora, quisiéramos destacar la palabra 'participemos'. ¿Qué significará 'participemos'? Para que nosotros participemos de su santidad. ¿Significará algo así como 'conocer'? ¿Para que 'conozcamos' de su santidad? No. 'Participar' tiene que ver con la vida, algo práctico.
En realidad, participar de su santidad es llegar a ser santo como él es santo. Pero eso, no en doctrina, hermanos, no en conocimiento bíblico, sino en nuestra carne, nuestra alma. Entonces, he aquí una causa, un motivo de dolor y de aflicción.
En el Salmo 39, hay un versículo que es dolorosamente real. Dice: "Con castigos por el pecado corriges al hombre, y deshaces como polilla lo más estimado de él". Aquí está de nuevo la disciplina. La disciplina viene como una corrección por el pecado. Pero luego dice: "...y deshaces...". O sea, junto con corregir por el pecado, dice que deshace como polilla lo más estimado de él. Y eso produce dolor.
¿Qué cosas el Señor está deshaciendo en nuestras vidas? Cosas estimadas, cosas valoradas; cosas que nos producen satisfacción, nos producen orgullo. El Señor deshace todo eso. El camino de la santidad es un camino doloroso.
3. PARA SER UN VERDADERO DISCÍPULO DE CRISTO
Marcos 8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Amós 3:3 y 5 “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
Ya seguimos al Señor Jesús, pero, ¿de qué manera lo seguimos, a la manera nuestra o la manera suya, con las normas nuestras o con las normas suyas? El Señor nos dice: "O andas a mi manera, o no andamos juntos. O tú cambias... Yo no voy a cambiar para acomodarme a ti". Esto es fuerte.
Un hermano dice: "Las condiciones para tener compañerismo con Dios no son fáciles; son severas". Por ejemplo, es necesaria una verdadera separación del mundo. No podemos marchar nosotros al son de dos melodías – la melodía del mundo y la melodía del evangelio. Y las melodías del mundo son muy seductoras. No podemos ir con Cristo y, al mismo tiempo, ir con todas las demás cosas que cargamos o traemos del mundo.
RECOPILADO DE :
http://www.aguasvivas.cl/centenario/sufren.htm